¿Qué se está haciendo para evitar que la fiebre aftosa ingrese a los EE. UU.?

Estados Unidos ha estado libre de fiebre aftosa desde 1929. Aunque la fiebre aftosa no es una amenaza para la seguridad de los alimentos o la salud humana, es importante evitar que la fiebre aftosa ingrese y se propague en los EE. UU. porque puede afectar negativamente el suministro de alimentos y la viabilidad económica de las granjas y los establecimientos agropecuarios estadounidenses.  Aunque otros países del mundo siguen teniendo casos de fiebre aftosa, Estados Unidos ha implementado protocolos estrictos como el monitoreo de los rebaños y la regulación de las importaciones para mantener a nuestros animales seguros y saludables.  El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y otras agencias gubernamentales trabajan para evitar que la fiebre aftosa ingrese a los Estados Unidos. Un ejemplo de esto es exigir que los viajeros declaren los artículos que traen al país, así como evitar la importación de ciertos artículos, como carnes crudas y ciertos quesos. 

Detección

Los signos sospechosos de fiebre aftosa o cualquier enfermedad animal extranjera deben informarse inmediatamente a los veterinarios estatales, a los funcionarios federales de control de enfermedades animales o a los agentes agropecuarios del condado. La notificación oportuna de los síntomas de la fiebre aftosa permite a las agencias llevar a cabo una investigación, obtener un diagnóstico y contener un brote antes de que se propague. Cuando se notifica un posible caso de fiebre aftosa, se inicia inmediatamente una investigación del rebaño afectado.

Pruebas 

Dentro del APHIS, el Laboratorio de Diagnóstico de Enfermedades de Animales Extranjeros (Foreign Animal Disease Diagnostic Laboratory, FADDL) realiza pruebas de enfermedades de animales extranjeros. Si se reporta un caso sospechoso de fiebre aftosa, el Servicio de Inspección de Sanidad y Plantas Animales (Animal Plant & Health Inspection Service, APHIS) del USDA trabajará con los funcionarios de salud animal en el estado donde se originó el informe para enviar diagnosticadores de enfermedades animales extranjeras al lugar. El USDA lleva a cabo un promedio de 400 a 500 investigaciones de enfermedades animales extranjeras cada año, incluidas las pruebas de detección de fiebre aftosa. No se han descubierto casos de fiebre aftosa en los Estados Unidos desde 1929.

Vigilancia continua

El USDA lleva a cabo cientos de investigaciones de campo cada año en un esfuerzo por detectar posibles signos de fiebre aftosa o cualquier enfermedad animal extranjera. Para proteger el ganado estadounidense de enfermedades extranjeras, los funcionarios federales realizan controles de pasajeros, equipaje, carga y paquetes en los puertos de entrada y aeropuertos, y prohíben la entrada al país de ciertos productos agrícolas. A escala global, los funcionarios de Servicios Internacionales del USDA están ubicados en todo el mundo para monitorear y coordinar con los gobiernos extranjeros los temas de salud animal.

Frequently Asked Questions

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According to the USDA, FDA, U.S. Centers for Disease Control and Prevention (CDC) and World Health Organization (WHO), FMD is not a threat to food safety or human health. It is safe to consume meat and milk. 
Por lo general, la fiebre aftosa no es mortal para los animales, pero se propaga rápidamente y causa enfermedades graves entre el ganado vacuno, el porcino y otros animales con pezuñas hendidas (o divididas). Los primeros signos de la fiebre aftosa incluyen fiebre, letargo, pérdida de apetito y ampollas dolorosas en las patas y la boca. Aunque estas ampollas pueden curarse, podrían provocar infecciones secundarias, como infecciones en las patas o mastitis, que pueden ser muy dolorosas para los animales y pueden tardar mucho tiempo en curarse.
Evitar que la fiebre aftosa ingrese a los EE. UU. es importante para mantener una parte vital de la economía nacional. Por ejemplo, la industria de la carne de res contribuye con USD 167 mil millones en ventas brutas y miles de empleos a la economía nacional cada año. Estas importantes contribuciones económicas no serían posibles si los animales sufrieran innecesariamente y no pudieran producir a su ritmo normal.
Se ha estimado que el costo potencial de un brote de fiebre aftosa en los Estados Unidos supera los USD 50 mil millones, según un estudio de 2012. Según un estudio de 2011 del Centro de Desarrollo Agrícola y Rural de la Universidad Estatal de Iowa, un brote descontrolado de fiebre aftosa en los EE. UU. podría causar pérdidas económicas de aproximadamente USD 200 mil millones a lo largo de 10 años.    
Dependiendo de la gravedad del brote de fiebre aftosa, las pérdidas de la industria agropecuaria podrían ser enormes y extenderse mucho más allá de los sectores de ovejas, cerdos y carne vacuna. Es probable que los ingresos caigan significativamente para los productores de aves de corral, maíz y soja, y que el empleo en las zonas rurales se vea afectado negativamente a medida que el sector de la carne vacuna de Estados Unidos se vea obligado a reducir su tamaño.